Dado que educación sexual de hijas e hijos adolescentes es muy importante, es necesario reconocer que debe iniciarse desde la infancia ya que en este momento se sientan las bases de la comprensión que las niñas y niños hacen sobre su cuerpo, el erotismo y los afectos entre las personas.
La educación sexual es muy importante y comienza, en la mayoría de las ocasiones, sin darnos cuenta a través de los mensajes cotidianos que reciben las niñas y los niños acerca del cuerpo, la desnudez, el amor entre las personas, el placer, así como la maternidad y paternidad, entre otros temas.
Estos mensajes se dan hablados o actuados con los gestos, comportamientos e incluso con los silencios. Por eso es muy importante decidir, como personas responsables del cuidado o como madres y padres, qué educación sexual quieren brindarles a las y los adolescentes. Esto significa que les debe preocupar tanto la educación sexual cómo enseñar las reglas de cortesía, los hábitos de higiene o los hábitos alimenticios, porque la sexualidad es una parte fundamental del cuerpo, la identidad y por supuesto, de las relaciones personales.
Recibir Educación Integral en Sexualidad (EIS) es un derecho de las niñas, los niños, las y los adolescentes y jóvenes, por lo que se debe realizar de forma decidida también en casa. Esto no excluye la educación que se da en espacios educativos o de salud, sino que la complementa. En ocasiones las madres y padres de familia pueden sentir agobio e inseguridad para brindar esta educación en casa y prefieren que alguien más lo haga fuera del hogar.
Sin embargo, cuando esto ocurre, podrían estar perdiendo dos grandes oportunidades: la de saber que la información que se recibe es adecuada y la de mostrar a sus hijas e hijos que su hogar es un espacio donde pueden sentir la confianza y/o el apoyo necesario para aprender a vivir de forma saludable, responsable y placentera.
Derechos sexuales y reproductivos de las y los adolescentes
La EIS es parte de los derechos sexuales y reproductivos de las y los adolescentes, que han sido reconocidos en instrumentos jurídicos internacionales de derechos humanos como la Convención de los Derechos de los Niños –CDN, la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer –CEDAW. Estos derechos incluyen:
Conocer su cuerpo
Decidir libremente si tener o no relaciones sexuales
A la privacidad, intimidad y la libre expresión de los sentimientos
Decidir libremente si tener o no hijas o hijos
A servicios de salud integrales, especializados
A acceder gratuitamente a métodos anticonceptivos seguros y eficaces
A no ser discriminadas/os por embarazo, por tener hijas o hijos, por estado civil o por orientación sexual
A no ser marginadas/os por el hecho de vivir con el VIH/SIDA
A participar en la creación de programas de salud sexual y reproductiva
A recibir educación sexual integral en las escuelas, con información clara, oportuna y libre de prejuicios
El derecho a la Educación Integral en Sexualidad se basa en considerar la salud en general y la salud sexual en particular como aspectos fundamentales para el bienestar y la calidad de vida de las personas.
Como derecho humano se basa en los derechos sexuales y reproductivos, así como los derechos de las mujeres y de la infancia. Además, la EIS toma en cuenta la salud, las identidades, las relaciones humanas, la expresión, y todo lo que conforma la sexualidad, aspecto esencial del desarrollo personal y el logro máximo de su potencial como ser humano, para el ejercicio pleno de la ciudadanía y de los derechos humanos. El derecho a la educación sexual integral es fundamental para el ejercicio de los demás derechos sexuales y reproductivos de las y los adolescentes.