“Cuando una niña queda embarazada, su presente y su futuro cambia radicalmente y raramente para mejorar. Abandona la escuela, sus oportunidades de empleo se desvanecen y se multiplica su vulnerabilidad frente a la pobreza, exclusión y dependencia” (UNFPA, 2013)
El mayor número de nacimientos se observa en los departamentos: Alta Verapaz, Huhuetenango, Quiché, San Marcos, Petén y Guatemala.
El abuso y violaciones sexuales continúa siendo uno de los problemas más grandes que afectan a mujeres de todas las edades, desde menores de un año hasta mujeres de la tercera edad, aunque se concentra en las adolescentes de 10 a 19 años.
Embarazo en adolescentes Según la Organización Mundial de la Salud (2012) el embarazo en adolescentes es el que ocurre a las adolescentes entre los 10-19 años.
Es resultado de la pobreza, la desigualdad de género, la discriminación, la falta de acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva que incluya la provisión de anticonceptivos, baja escolaridad, dificultades para el acceso a educación integral en sexualidad adecuada a la edad (en las escuelas y comunidad), opiniones y valoraciones negativas sobre las niñas, adolescentes y las mujeres. Las niñas y adolescentes rurales, indígenas o quienes viven en pobreza, pobreza extrema son más vulnerables a quedar embarazadas a edades tempranas, derivado de la falta de oportunidades para alcanzar planes de vida que les permitan tener mejores ingresos económicos, planificar su familia y aportar al desarrollo de sus comunidades y país.
Prevenir el embarazo en adolescentes es un asunto de justicia social, que debe basarse en el desarrollo equitativo y la ampliación de medios de vida y oportunidades para las adolescentes y jóvenes. Asimismo, es necesaria la transformación de las masculinidades de los adolescentes varones, quienes deben aprender a valorar el autocuidado, la paternidad, el afecto y el cuidado.