Por: Gabriela Escobar, Educadora
Cuidar uno del otro, respetar a los niños y a las personas mayores, colaborar con las labores del hogar, hablar libremente y expresar nuestras opiniones, ser solidarios, bondadosos y honestos, son parte de la dinámica para fortalecer los lazos de unión, respeto y confianza en el núcleo familiar.
Si existe una herencia intangible que los padres podemos dejar a nuestros hijos son estos valores que se transmiten no solamente con palabras, sino con experiencias que se van demostrando a través del ejemplo.
Generalmente se espera que los hijos respeten a sus padres y nosotros como adultos cuidemos de los niños mientras alcanzan la madurez y edad adecuada para hacerlo por si mismos; sin embargo, la crianza en valores va más al lado de la reciprocidad, es decir, todos somos capaces de cuidar de todos y de respetar a todos. Mamá cuida y respeta a sus hijos, el nieto cuida y respeta al abuelo, papá cuida y respeta a su hija. La práctica de los valores familiares es una dinámica circular que no tiene fin y que se fortalece con amor cultivado a diario sin importar edad o género.
Entonces, ¿Cuáles son los valores clave que papá y mamá deben procurar inculcar en sus hijos? Todos aquellos principios, costumbres, creencias, valores morales, personales y sociales que se han transmitido por generaciones en su familia y son aceptables y positivos para la sociedad.
Respeto: Este valor tiene que ver con el cuidado y consideración a sí mismo, autorespeto; y a los demás. Respetarse físicamente, emocionalmente y espiritualmente.
Pertenencia: Todos los miembros de la familia deben sentirse parte importante de ella.
Perdón: Hablar para entender razones y ser indulgentes aunque resulte difícil.
Compromiso: El compromiso significa responsabilidad y entrega.
Gratitud: Agradecer a los demás por lo que hacen por nosotros por muy pequeña que sea la ayuda que nos den.
Paciencia: Actuar con calma y razonando nuestras acciones.
Comunicación: La comunicación debe ser abierta, constante, clara y respetuosa para evitar malos entendidos.
Autoestima: Este valor se fortalece cuando desde niños recibimos aceptación y respeto de nuestros padres. De esta manera aprendemos a respetarnos y valorarnos y a exigir que las demás personas fuera del núcleo familiar también lo hagan. En las familias en donde se desarrolla y fomenta la autoestima desde temprana edad, existe menos posibilidad de abusos.
Cuando una niña y un niño reciben formación en valores en casa y los viven desde esa edad en la relación con sus padres, contarán con mayores herramientas que los empoderarán para enfrentarse a un mundo que muchas veces nos juega en contra.
TIP: Por estas razones y la coyuntura mundial en que vivimos, se hace indispensable la recomendación de criar a nuestros hijos con valores familiares bien fortalecidos.