Por: Gabriela Escobar, Educadora
En los últimos años hemos escuchado mucho que debemos educar a nuestros niños para que respeten a las niñas y ¿acaso las niñas no deben respetar también a los niños? Lo ideal sería que orientáramos a nuestros hijos, sean niños o niñas, a respetarse y a respetar a los demás.
Si basamos nuestra dinámica familiar en el respeto a nosotros mismos, el respeto a los demás y el respeto al bien común, valores y atención que todos merecemos; personas mayores, adultos, jóvenes y niños, la sociedad en la que nos desenvolvemos en el día a día sería mucho mejor. La clave está en que eduquemos desde el amor y la comprensión.
La pregunta que nos surge como padres es ¿Cómo logro que mi hijo comprenda qué es el respeto? Lo más recomendable es hacerlo con ejemplos claros y tangibles, cosas que les parezcan incluso lógicas, sencillas, con determinadas situaciones diarias como por ejemplo ser equitativos al repartir un pastel. Pero, además, debemos tener claro que enseñamos todos los días con nuestras acciones, con lo que hacemos y decimos frente a ellos; es decir, debemos respetar nosotros para enseñarles a ellos a respetar. Nuestro ejemplo cuenta más en la vida de nuestros hijos que cualquier palabra que podamos decirles.
Es muy importante que nuestros hijos comprendan que además de respetarse entre niños y niñas, deben respetar a los adultos que son responsables de ellos. Esta es una de las razones por las que como padres debemos orientar las acciones con las que actuamos en casa, las exposiciones a programas de televisión o dispositivos electrónicos, la música moderna que se escucha o los videojuegos que nos entretienen, pues recordemos que todos los niños imitan conductas observadas, sin discernir si son positivas o no.
Algunas recomendaciones que nos dan los expertos en este sentido, van por la línea de respetar con cariño y paciencia todas las etapas de crecimiento de nuestros hijos, esto los hará más seguros de su proceder. Es importante ser flexibles y atender sus necesidades, no a manera de sobreproteger, pero si de favorecer apoyo y generar confianza. Definitivamente la mejor herramienta con la que contamos es la comunicación, de esta manera podemos compartir, dialogar, enseñar y crecer junto a nuestros hijos siempre basados en el respeto individual.
Hablar con nuestros hijos siempre será una buena dinámica familiar que abrirá puertas a que ellos se expresen y escuchen a todos los miembros de nuestro núcleo sin juzgar, sino comprendiendo y respetando. Hablemos siempre con la verdad, pues ser sinceros y utilizar lenguaje sencillo creará lazos de confianza con ellos.
TIP: En toda relación respetuosa la premisa más importante será el amor, amar a nuestros hijos tal como son; sin comparlos, desvalorarlos o etiquetarlos, con amor y compresión sentará las bases para que logremos formarlos como personas respetuosas de los demás.